sábado, 28 de mayo de 2011

Alguien de confianza me ha prometido que te enviará esta carta. No menciono su nombre para no comprometerle. No sé si te llegarán mis palabras. Pero si así fuera y decidieses volver por mí, aquí encontrarás el modo de hacerlo. Mientras escribo, te imagino en aquel tren, cargado de sueños y con el alma rota de traición huyendo de todos nosotros y de ti mismo. Hay tantas cosas que no puedo contarte. Cosas que nunca supimos y que es mejor que no sepas nunca. No deseo nada más en el mundo que seas feliz, que todo a lo que aspiras se haga realidad y que, aunque me olvides con el tiempo, algún día llegues a comprender lo mucho que te quise.

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Deja la sonrisa de tu corazón