domingo, 6 de febrero de 2011

nuestra fecha de caducidad

Y cuando te ví, tan lejos y te reconocí entre cientos. Me temblaron los pies, las piernas, las manos, los brazos…La voz. Y quise gritarte que estaba ahí, y que si queríamos nos podíamos ver tan cerca como nos dejara el cuerpo. Recordé tu ropa, tu vieja ropa. Que un día fue nueva como nuestro amor. Que ahora es viejo, muy viejo. Sigo haciéndote canciones de amor. Y, cuando, las acabó, me pregunto si algún día dejaré de componer letras absurdas para ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja la sonrisa de tu corazón